sábado, 4 de octubre de 2014

Vivo en el futuro, el presente ni funciona ni existe.

Mis horarios se volvieron una mierda hace poco, puedo elegir entre tener prisa todo el tiempo y llegar tarde siempre. Y siempre llego tarde, a veces son las cosas pero casi siempre soy yo quien se retrasa.Soy incapaz de la vida.

Dos putas horas de camino para llegar a la escuela. Lo mejor que puedo hacer es escuchar música. He conocido y escuchado mucha mas música que durante los seis años anteriores a este. Todos los días son jodidos; a veces si el azar se deja viajo en el ultimo peldaño de la puerta del camión, casi colgado. La parte del municipio que atravieso es sucia y casi ruinosa, no hay mucho dinero en la zona y el gobierno quiere disfrazar la entrada para engañarnos a todos. Parece que le va bien con eso.
Me concentraría mucho mejor en el aire frió que me despeina si no tuviera que sujetarme con mi fuerza anti-heroica para no salir volando en alguna curva.


El camión pasa un puente que hace muchos años tenía una abertura por la que unos padres tiraron a un niño, o se les cayo, era casi un recién nacido.Debajo del puente pasan aguas negras y es hermoso ver las nubes naranjas reflejadas en el espejo negro que forma el canal. El aire levanta mi cabello, choca y se rompe en mi con su olor a mierda y estoy seguro de que algo de ese aroma se queda en mi por un rato.

Hay al menos tres kilómetros de tierras baldías que ahora son un basurero abandonado y en desuso, en una parte había mucha gente viviendo en casas de cartón, pero una noche la policía llegó a partiles la madre a todos, destruyeron y quemaron lo que pudieron, supongo que la gente no pudo dormir desde las tres de la mañana.


En alguna parte del basurero hay un montículo de basura y mierda que se ha reducido con los años o que se ve mas pequeño conforme yo envejezco. El resto del viaje a veces es un poco menos pintoresco. Al llegar al metro todo se ve sucio, por alguna razón muchas de las estaciones estan recubiertas de una costra de suciedad y tristeza casi mística, la gente camina por debajo de los puentes, se orina bajo los puentes, algunos pocos incluso se cagan ahí mismo y muchos otros follarían bajo esos puentes si tuvieran un recoveco en la noche. La gente se orina en todas partes fuera de la estación y si por la noche llueve un poco y por la mañana hay sol, entonces la lluvia dispersa la orina concentrada y guardada por décadas en el piso y los escalones. Así que en los días soleados todo huele a meados.
Y la gente camina por ahí como si las escaleras llevasen a una suite con vista al oceano, coordinando las rodillas para ir lo mas pegado posible al sujeto de enfrente.

Viajando en el metro veo la nada, los ojos fijos en un punto y los oídos concentrados en la música y ni siquiera así tengo garantía de no estar aburrido. Escucho future pop y juego a vivir en el futuro mientrs veo como pasan las luces blancas y azules del túnel. La música es alegre y me anima, algunas veces  estiro el cuello para ver hacia arriba, cada vez mas arriba. No logro distinguir ni el puto techo del túnel y entonces pienso que quizá la verdadera felicidad es sentirse en la senda de lo inalcanzable. La felicidad es esperanza y a mi ya se me acabó.

Me voy mientras amanece y regreso poco despues del anochecer, entonces creo que quizá ya estoy en un futuro distopico, la tecnología nos engañó y ahora estamos peor que antes, saliendo del vagón del metro puedo ver el aeropuerto con sus luces en tonos neón que cambian e iluminan la cortina que les forma la lluvia. Bajo las escaleras para salir a un túnel elevado iluminado con lamparas blancas casi alucinógenas y bajo las escaleras oxidadas, algunos escalones se han quedado sin cemento y uno debe pisar con cuidado para que el pie no se atore en las varillas desnudas.
Bajo a encontrar a gente monstruosa vendiendo comida y dulces sucios en puestos que tienen un recubrimiento interno de cochambre y grasa quemada, a forma de impermeabilizante quizá. La banqueta es alta para subir fácilmente a los camiones, la canaleta formada debajo de las banquetas esta siempre llena de suciedad que cae filtrándose junto con el agua de los túneles elevados del metro, grasa de comida que los vendedores tiran y aceite de camión. Uno puede irse despidiendo de su vida sin infecciones cutáneas si por accidente se cae sobre esa porquería.

Y regreso a casa a veces sintiéndome del carajo, casi siempre me siento del carajo. Demasiado cansado quizá. He descubierto que estoy en el futuro y no hay nada mas que hacer. Que puta tristeza.









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