domingo, 28 de septiembre de 2014

Me comí la miel y me pasé por los huevos el cuchillo



Son  casi las dos de la mañana, esta tarde no llovió y yo estoy en mi cuarto con las ventanas abiertas, las cortinas alzadas y una botella cerrada de ron. Llevo sin dormir del todo bien al menos un mes, y justo ahora tengo tanto sueño que me siento casi drogado.  El viento está fresco, cristalino,  dos ventanas abajo de la mía hay una panda de chicos, menos de diez que beben juntos y cantan canciones puestas en el estéreo de un alto. La tentación de salir con mi botella cerrada de ron a ver que pasa es tan grande como la de quedarme aquí sentado a escribir lo patético que es ser así de marica. 

Pensaba comenzar con esto hace unos quince minutos, pero ellos subieron al auto y se largaron, solo para regresar cuando el sentimiento de pérdida ya me había hecho comenzar a escribir. Como auto consuelo me digo que no quiero bajar a cantar canciones trilladas de un Bumbury trillado. 

Hace rato cuando fueron por mas alcohol los imagine a todos metidos en el auto coreando sus canciones de siempre, bebiendo como siempre, justo como ahora estoy dispuesto para comenzar a hacer(pero sin cantar, tampoco hay que ponerse tan pendejo). Escuche el motor bajando el volumen con la distancia hasta reducirse a una vibración en el aire. Esperé oír una colision, pero no.

Ni siquiera puedo concentrarme o tener ideas violentas, de repente siento impulsos agresivos de movimiento, el sistema resistiéndose a dormir y yo sigo sin tocar  la botella, quizá por miedo a que el alcohol me hunda definitivamente en la irrealidad, ni siquiera en la alucinación.

 Es un estado que conozco bien “no puedes tocar nada y nada puede tocarte” y nadie que no haya estado sumido en una privación de sueño tan profundo, nadie que no lo haya combinado con alcohol solo para sentirse como un puto héroe cada mañana caminando después de trabajar en la noche, nadie que no haya despertado muchas estaciones mas allá de la correcta y despertado una vez más un mes después para darse cuenta que en el viaje había perdido algo, podrá comprender a que me refiero precisamente. 

Afuera los muchachos cantan algo de ska, rebelandose ante la luna contra el sistema que los tiene cogidos por los genitales, consagrando su rebeldía con licores comprados con el dinero que sus padres les dieron para el almuerzo. Aquí dentro discuto conmigo mismo por todo, pero principalmente me debato entre alegrarme por esa forma de derrochar el dinero gratis o criticarlos por el vacio de su rebeldía fingida.  Aquí dentro, muy al fondo creo que ya me estoy poniendo viejo.

La posicion a la que todo me orilla es a la de la burla, y me rio (en serio, pero con tristeza) de la libertad que sienten ahora y de la posibilidad de que jamás conozcan la desesperación de saberse vacios. Afuera ya comenzó a llover y no quiero cerrar la ventana. Aunque su música estúpida no me deje oir la mia, todo es mejor si puedo oírlos gritar mientras bailotean. Me pregunto si a estas alturas aun tienen un conductor designado o alguno está mas o menos sobrio.

La razón de ser del arte  creo que es ese vacio que ellos no conocerán, una conciencia a veces solo intuida de que el mundo esta incompleto, como siempre puede que los incompletos seamos nosotros y se me llena la mente de cucarachas roedoras con pensar que  las personas normales son quienes pueden satisfacerse con tan poco como una noche de alcohol y canciones en la calle. Quienes aceptan las ataduras del sistema sin chistar. Las personas mas felices que conozco no sienten o no saben que son prisioneros del estado de las cosas. Los felices creen que tienen el control.

Por la ventana entra un viento frio de mierda y la lluvia, mi respuesta es una burla otra vez, prefiero ponerme una chamarra que cerrar la ventana. Luego las cosas estupidas de internet me enseñan que con la inconformidad y el tiempo que quiero desperdiciar puedo hacer  dos cosas.  O me entretengo mirando videos graciosos, gente divirtiendo  a la gente siempre en un loop interminable de sin sentido, o puedo intentar crear algo tomando pedacitos de conciencia. Aunque tampoco tenga sentido es algo innegable, mi interior me asusta y me impresiona casi todo el tiempo y la voz en mi interior no puede detenerse. Tener ideas que siento grandilocuentes aun con todo el sueño es la mejor manera de recordarme que soy humano.

Ya me quite la chamarra y siento un poco de gotas y un poco de frio, me levante hace un poco a limpiar y secar lo que pude, los chicos con su alcohol y sus canciones y su auto se han ido y ahora solo escucho mi propia canción, especial para madrugadas y borracheras y carreteras. Y de pronto siento como si ma allá de la moral y el sistema hubiese hecho lo correcto. Como si mi lugar en la vida fuese este cuartito, escribiendo lo que sea que me salga de los cojones. 

En el fondo sigo siendo un marica retraido incapaz de socializar lo suficiente o buscar mayores beneficios de la noche, se que mañana tendré un sueño del carajo y que la semana saldrá mal solo porque no dormi lo suficiente. EL ron sigue cerrado y puede que sea mejor que asi se quede.
En el fondo soy un imbécil y ahí , junto a la cobardía y la estupidez algo se solidifica. Soy un tipo duro.


2 comentarios:

  1. No existe mejor plan en el mundo que escuchar tu música, con lluvia de fondo y una buena botella de ron, ya sea abierta o cerrada. Yo siempre soy más de abierta.

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  2. Es perfecto plan para pasar la noche solos, la próxima seguro será con la botella abierta, tampoco aguanto tanto.
    Saludos

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