martes, 9 de septiembre de 2014

La escritura como la masturbación

“Por lo regular no tengo suerte para esto”. Esa es la forma sencilla de decir que la escritura aún no se me da tan bien como yo quisiera. Y parece que la he tenido, porque esto está siendo trasladado del grafito a los bites para ser publicado.

Es dolorosa y tardada la escritura a mano,ahora tan poco practicada, las ideas llegan al ritmo del grafito,así no se puede elegir. Necesito más concentración, porque viví los primeros diez años de mi vida (a la fecha la mitad) sin computadoras, supongo que estoy entrenado para tener más llena la sesera frente a la hoja en blanco que frente a las formas cuasi-futuristas del teclado.


Me gusta pensar que en estos momentos soy valiente, tengo galletitas dulces y cerveza amarga y curiosamente –porque casi siempre lo odio- mis ventanas están abiertas y con las cortinas alzadas, en un costado siento el vientecillo de la noche y todo indica que mañana será un día agitado. He arreglado un poco el cuarto porque mañana tendré unas visitas desagradables; y pasé casi cinco minutos acomodando mi almohada con una funda nueva y limpia, hacía un par de meses que no la cambiaba, me empeñé en lograr que tuviera forma, una forma conocida y nombrable como un rectángulo, pensando que así sería más cómodo, o feliz, o seguro. Al final no conseguí más que una figura deforme, molesta aunque natural en muchas especies de almohada.

Cabreado lancé esa cosa incomoda a una esquina de la cama y me pase a mi sillita a seguir escribiendo, preguntándome en dónde estarán la libertad y la hombría de un sujeto incapaz de dormir sin chistar sobre una almohada deforme. Y hablando de escritura y cosas que se hacen en la cama, creo que al fin he encontrado  mi versión personal de esa analogía que a tantos escritores les gusta hacer:


La escritura es como la masturbación: Principalmente es un acto solitario, lo mismo se escribe por egocentrismo que por soledad. Para mí la escritura y las pajas son el grito nocturno de la locura incendiaria, la destrucción interna de quien no puede destruir su realidad, pero que termina en una epifanía explosiva y chorreante, que hace valer la pena el esfuerzo del momento y una parte minúscula de la mierda cotidiana de los días.

Pero mientras el placer cegador de una paja bien hecha es pasajero, las palabras permanecen; a mi me importa un carajo si quienes escriben tiene o no tiene un deber especifico frente al mundo, pero creo que lo menos que podemos hacer es procurar que lo que dejamos en la pagina no nos asquee al poco tiempo de haberlo escrito, quizá un par de años. ¿Quién puede escribir con sentimientos reales algo que no ama?¿Quien que no ame sus genitales puede dedicarse a la dulce masturbación?

En un lapso de 24 horas acabo de perder para siempre un poema y un cuento, primero fue el cuento, cuando estaba a punto de terminarlo oprimí son darme cuenta una combinación cabalística de teclas que lo mandó al carajo. Mas tarde intenté de nuevo, tenía lo que parecía el inicio de un buen poema, decía que mientras mas cansado estoy escribo de manera mas estúpida. Cansado y estupidizado salí sin guardar nada y aquellas palabras desaparecieron. Volver a hacer todo sería demasiado. Confiamos demasiado en las maquinas, ahora mismo mucho de nuestro trabajo y existencia descansan sobre una mente mecánica y si algunos no creemos ni en el alma humana ¿Cómo confiar en la mente artificial?

No se si debo aceptar mis intentos patéticos de inmortalidad como algo humano o elegir  una vida vacía sin preguntas sobre mi existencia banal y aleatoria. Pierdo de vista el valor de la vida porque todo está  dirigido a la nada. Realmente nadie teme a la muerte, la madre de todos los terrores es la nada.

2 comentarios:

  1. Yo la escritura la veo más como un vómito, porque placer nunca obtengo ninguno.

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  2. Bueno, son parecidos los sentidos, de todos modos uno explota. jeje
    saludos

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