martes, 19 de agosto de 2014

Follación Salvaje

Hace un par de días me soñé viajando en el transporte publico a lado de una muchacha sensual de cabello largo y ondulado, tenía una blusa café  y pantalón de mezclilla, como con todos los sueños mi memoria ya solo contiene imágenes difuminadas como las de un marihuano, pero en ese momento podía verla clara como el agua de un arroyo lleno de ninfas.

Me puse a platicar con ella, quizá solo de trivialidades, nunca en mis sueños he encontrado una respuesta a mis grandes dudas, esto solo vale la pena por la experiencia y si mas tarde me lo permito puede que el recuerdo me alegre alguna otra noche en que los sueños escaseen.

El caso es que en un momento estaba hablando con esta mujer sensual sobre ondas cerebrales o algo parecido y de repente la tenía implorando que me la follara ahí mismo, en el asiento trasero de un camión. Ni siquiera en el sueño parecía una buena idea, pero por otro lado era el camión de mis sueños.



Acepte , pero no quería que los otros pasajeros viesen el delicioso cuerpo que estaba por disfrutar, así que le bajé los pantalones junto con la tanga azul que encontré debajo y le pedí que me dejara sentarme en sus piernas, luego abriendo mis piernas desenfundé mi pene y lo doble cuidadosamente para penetrarla en una maniobra que no he visto ni en el porno mas retorcido que conozco y comencé con una follacion muy placentera y muy incomoda. Pero aquello era estúpido y ambos necesitábamos movimiento, hacia falta velocidad, entonces la vi girarse, ya sin los pantalones y levantar las piernas abiertas, completamente estiradas mientras su coño chorreaba lubricación caliente.



 Dejo de importar si los pasajeros nos miraban, con un espectáculo como ese cualquiera hubiese podido menearsela cómodamente sin que nadie lo notase.El movimiento de mis brazos jalando sus caderas en modalidad brazos de locomotora me tenían al borde del orgasmo onírico cuando decidí que quería sentirla brincotear sobre mi. Se sentó en mis piernas y comenzó la danza salvaje, su cabello golpeaba mi cara mientras yo abría sus nalgas para poder ver mejor; aun con la realidad reducida  podía sentir su cuerpo y sus fluidos perfectamente.  Para el acto final le pedí que recargara los brazos en el respaldo del asiento y elevara el culo hacia el cielo para poder penetrarla de pie como tanto lo deseo en vigilia, pero antes de tomar nuestras posiciones Morfeo recordó alguno de mis pecados en sus tierras. Adelante en la carretera un autobús escolar había volcado, y un montón de niñitos en uniforme rojo subirían a nuestro camión para terminar el viaje. Jodidos niños.

Lo siguiente fue el tormento de la espera hasta la casa de la muchacha, en la realidad mi cuerpo se revolcaba restregando el pene erecto y pesado por las sabanas, sin encontrar un solo orificio. Mi sueño se corta al llegar a la casa de la chica, en donde  ahora mismo mi yo onírico debe estar follándosela a velocidad de maquina de coser.

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