hay un librito de Roberto Bolaño titulado "Concejos de un fanatico de Joyce a un disipulo de Morrison", una historia violenta, no tan buena como las de otros grandes escritores pero entretenida y cruda, algo bueno que leer. La particularidad del librin es que esta escrita a cuatro manos, es decir entre dos personas, uno escribia un capitulo y se lo enviaba al otro para que continuara con la historia desde donde el primero la habia dejado.
Intentando hacer un ejercicio de escritura con un camarada artista de la escuela determinamos que era buena idea intentar escribir en una noche lo suficiente para llenar un par de cuartillas sin doble interlineado y sin usar la tecla enter. aqui esta lo que yo obtuve, los espacios entre párrafos antes estaba indicados con una diagonal pero ya los separe, espero que sea interesante.
Ni siquiera deberíamos pensar, no
necesitamos mucho de lo que tenemos pero ahí está, es como si nos persiguiera
un montón de nada, si fuéramos animales buscando alimento y sexo seriamos mucho
más felices que siendo ingenieros, médicos, psicólogos, corredores de bolsa o
prostitutas, el pensamiento es solo un resultado innecesario del desarrollo
evolutivo del hombre, la naturaleza es estúpida quizá porque dios lo es, parece
ser que los procesos mentales siempre se exceden al irse configurando. No
necesitamos conocer o entender el ser, pero los existencialistas hablan muy
fuertemente al respecto. Y si no podre dormir hasta que hable del estúpido e innecesario
ser entonces chillare como una rata atrapada, porque no me interesa si el ser
es bueno o malo, no me interesa que o como voy a ser, ni como fui, solo quiero
entender que carajos soy, y si hay muchas formas de existir entonces exijo
entender cuál es la mejor. Creo que la mejor no es la que quiere vender el
sistema capitalista, creo que nunca lo sabremos y esa es nuestra condena
eterna.
Lo que quisiera hacer aquí es un escrito que llevara al lector y a mí
mismo por una senda enorme de dolor y sufrimiento. Lo que quiero es violencia y
destrucción y caos, quiero mujeres desnudas corriendo por la calle, lanzándose
globos de agua y jugando tiradas en el pasto. Pero no lo quiero solo como un
capricho estúpido de niño mimado, no lo quiero como regalo de cumpleaños, quizá
ni siquiera es un deseo concreto, más bien responde a la imposibilidad de
sentir, no necesitamos el pensamiento necesitamos deshacernos de todos los
impulsos agresivos de nuestro interior, no porque sean malignos sino porque se
acumulan como en una máquina de vapor, como un eructo en el estómago, como el
pedo maloliente y venenoso que escapa ruidosamente de los apretados culos
temerosos cubiertos por licras semitransparentes de las chicas lindas que
ocultan sus flatulencias en el transporte publico. Son los pensamientos de la destrucción y están en mí
porque necesito sentirme vivo, porque lo que la vida me da parece que no me
basta, porque la vida es una puta que cobra el servicio completo pero tiene la
panocha flácida. Porque no sé qué será de mí y creo que las decisiones que tomo
difícilmente terminan siendo buenas, porque soy un imbécil procrastinado parado
en la cima del mundo pero sin el valor suficiente como para edificar un
castillo en la punta. Todo lo que digo fue pensado antes por alguien más, mis
ideas son mías y las del idiota que las proclamo antes también eran suyas, pero
hay mucha coincidencia entre todas las bocas y plumas y teclas que hablan de la
vida, es el pensamiento lleno de mierda de los tiempos llenos de mierda.
Y es
hasta este punto cuando comienzo a contar quién demonios soy, soy un aprendiz
de psicólogo, lo que mejor he aprendido es que los aprendizajes pueden robarse
la felicidad de la gente, que el sistema está hecho para volvernos grises focas
bailoteando y aplaudiendo para obtener algo más de comida, pescaditos que nunca
van llenarnos pero que nos gustan mucho.
Para escribir dicen los buenos autores
que hay que beber mucho , follar mucho y fumar mucho, yo no hago mucho de la
primera y prácticamente no hago la tercera, de modo que si no comienzo a coger
como conejo posiblemente me pase la vida pensando como uno, aunque por otro
lado yo diría que para escribir lo que uno necesita es rascarse las pelotas, o
la entrepierna perfumada y suave si es que ahí no hay pelotas, pero hay que
rascar un poco, hay que tener la mente llena y preferentemente el estomago un
poco vacio. Yo por ejemplo justo ahora tengo la cabeza y el estomago a medio
tanque, la verdad es que no siento carburar muy bien, de lo que estoy seguro es
de que al contrario de lo que puede parecer, en este momento no me siento
enojado, pero tengo en mi interior una especie de enfado permanente con el
mundo, con el universo que no me revela la causa y finalidad de mi existir, y más
aun con el sistema que nos quiere timar a todos, con el sistema y con sus
esbirros en forma de literatura basura, en forma de arte basura; para entender
esta idea el lector debe imaginar que el enfado que siento es como el amor al
enamoramiento. Una cosa proviene de la otra parcialmente, solo que el amor es más
mesurado.Sobre el arte basura he de decir que las cosas que el arte nos
muestra casi nunca son reales, eso solo es un problema porque la ciencia nos ha
enseñado a buscar la realidad, ya lo dijo Nietzsche, los poetas son los
artistas que más mienten.
Escribir a veces es un ejercicio de destrucción,
Bukowski dice que solo se debe escribir si uno sabe que es la única manera de
evitar volverse loco, yo estoy de acuerdo pero no creo que la escritura sea
catártica como tal, no creo que escribir tenga propiedades curativas como
salvarme del cáncer o ser anticonceptivo, más bien creo que es un ejercicio
estimulante, que hace al sujeto buscar más de le vida, encontrar alguna especie
de norte hacia el que seguir, pero desgraciadamente los escritores de
pensamientos obscuros caen en una espiral de obscuridad en la que se hunden sin
poder salir, porque si se inicia con un
único pensamiento corrosivo, el escribirlo no nos hace olvidarlo,
escribir no sirve pare deshacernos de los demonios de nuestras mentes, al
contrario los enaltece y justifica, eventualmente los multiplica hasta que la
persona misma es corrosiva.
Todo esto lo escribo desde el punto más alto de la
ciudad, desde que construyeron esta torre de multinacionales unidas que
controla toda la movilidad económica del país entero y de algunos otros de Latinoamérica,
la torre latino se ve ridícula, ahora la gente de más dinero vive en las
alturas, pero no por un gusto particular sino para evitar ver y sentir , aunque
nunca oler las inmundicias que cubren el suelo, el periférico se amplió a todas
partes, ya ninguna carretera toca el suelo excepto en el norte, en un par de
estados que están metidos en la resistencia; a mis drugos y a mí nos gusta esta
torre porque hasta aquí no se siente ya el olor a mierda y desperdicios que emana
desde el suelo, aquí el aire es puro y el cielo se ve limpio y estrellado,
abajo tras una capa lechosa de humo de refinerías y fabricas se ven las luces
azules de las antiguas casas y también la de los edificios bajos, ahora todo lo
que antes fue sacro está siendo destruido, las iglesias no tienen importancia
excepto para algunos antisistema que las ocupan como cuarteles y unos muchos góticos
trasnochados que no se nos han unido, los visitamos con frecuencia en las noches
y nos revolvemos en bailes de música electrónica, el EBM es himno de lucha para
nosotros, la música industrial esta aquí y no se diferencia mucho de cómo era
al inicio por los años 90-2000 solo que ahora todo es real, una vez mi abuelo
me conto todo eso, incluso me enseño fotos de los conciertos, me dio unas memorias
hasta el tope de música, digo hasta el tope porque estaban llenas pero no
excedían los 16 GB cada una, una miseria en la actualidad si me lo preguntan.
Respecto a mi abuelo –en realidad mi tatarabuelo- vivió entre el 1994 y el 2085 estudio psicología
y se especializó en cognición e inteligencia artificial, mis padres se
mantuvieron alejados de él casi siempre, pero yo lo visitaba siempre que podía,
recuerdo que me hacía encargos de LSD y marihuana siempre que me veía, yo le
daba buena droga que compraba con los del clan azul, él me daba siempre algo de
dinero extra a cambio de que no usara las drogas, a veces me regalaba botellas
de licor. Cuando ya estaba muy viejo y enfermo, de hecho unos días antes de
morir, me pidió que lo ayudara a ir hasta el cuarto de atrás de la casa, sacó
una llave de debajo de un bote de tornillos (ese cuarto era su estudio, todos
los proyectos de IA los realizo ahí, más o menos) y abrió una caja de metal muy
pesada, cubierta y accionada por engranajes, de la caja saco un montón de
libros, algunas herramientas, un reloj y unas botas rojas de piel, altas hasta
las pantorrillas, una de ellas tenía tres calaveritas metálicas juntas, la otra
parte de un anillo que a mi abuelo se le rompió y conservó. Me extendió las
botas y explico que él las utilizo unos tres años cuando tenía mi edad, luego
compro otras distintas, pero conservó las rojas porque aún eran utilices y
porque fueron sus primeras botas, ni siquiera tenían casquillo pero
significaron mucho para él, eran un
símbolo de resistencia y representaban un futuro que estaba por alcanzar. Entre
los libros había obras de Bukowski, Henry Miller, Fanadelli, Fante, Poe,
Lovecraft, Palahniuk, Bolaño y algunos de temas ciberpunk, como Gibson y Asimov.
El abuelo murió unos días después, solo estaba yo cuando pasó, me dijo que me
quedara con la caja y que siguiera contra el sistema porque ahora la tecnología
está de mi lado, él no lo hizo porque no creía tener recursos, era demasiado
pesimista, yo también lo soy pero me esfuerzo.
El problema de los edificios tan
altos es que si las patrullas no vuelan seguramente será difícil ver las luces
verdes y azules en la carretera, por eso en parte estoy aquí arriba, veo a lo
lejos aquellas luces y aviso por radio al drugo que bajó para que termine de
descargar los códigos de seguridad del edificio y nos larguemos, ahora tengo
que dejar esto aquí porque necesito encender las motos desde aquí y revisar las
cuerdas con las que bajaremos casi volando a rapel. El viento se siente
excelente a estas alturas, la chamarra que el abuelo me dejo aun no es del todo
inservible, quizá mi razón de ser se encuentre en esto, pero nunca lo sabré,
buscar comodidades en la vida no creo que sea suficiente para sentirme vivo, yo
quiero caos, porque las cosas que se crean son efímeras, el caos cambia las cosas, lo irreparable es eterno.
El ser humano se autocondena.
ResponderEliminarLo peor es que lo sabe y parece no importarle...
ResponderEliminarbien por esa he!!
ResponderEliminarGracias Guillermo.
ResponderEliminarrecuerda: debes cojer como conejo para evitar comenzar a hablar como uno
saludos.