viernes, 18 de octubre de 2013

dormido con las botas puestas (parte dos)

Estoy haciendo tarea y siento como gradualmente el sueño va tomando poder sobre mi, no hago nada al respecto aunque bien podría tomar mas café o lavarme la cara con agua fría; como sea, con este sueño atrasado desde hace tiempo es difícil ahuyentar a Morfeo por mucho tiempo, puede hacerse pero cada vez es un  poco mas inútil que en el intento anterior. Reviso mis lecturas de clase en la computadora y hago apuntes cuando me doy cuenta que estoy como en la fase dos de sueño, llegando a la frontera hacia la tercera fase( recuérdese que es mi clasificación no científica, basada solo en lo que me sucede) cuando tengo mas sueño pongo el despertador para veinte minutos y cierro los ojos. Es agradable, todo desaparece de inmediato, me desentiendo del mundo y me sumo en mi mismo. Los quince minutos pasan y me pregunto si el reloj no está descompuesto, si no estará adelantándose o algo porque el tiempo que se supone que dormí se sintió como un par de minutos a lo mucho, abro los ojos y me levanto a apagar el despertador, parece que ahora tengo mas sueño que antes de acostarme y eso es un problema, sigo vestido y sin lavarme los dientes pero me acuesto de todas formas, ahora sin el despertador, con una playera me cubro los ojos para que la luz no me moleste y no tener que apagara, así podre hacer tarea en cinco minutos cuando despierte.

Es bastante estúpido de mi parte hacer esto cuando se que la mayoría de las veces pasa lo que no debería de pasar, me quedo perfectamente dormido, si durmiera hasta las diez de la mañana tal vez no habría problema, amanece sábado y tengo el día entero para hacer lo que no hice durante la noche, pero en lugar de eso mi madre me despierta a las ocho de la mañana (me quede dormido a eso de las cuatro y llevo varios días durmiendo mal) la mujer entra gritando que debo bajar al cuarto de lavado para matar/atrapar/ahuyentar a una rata que se esconde tras la lavadora.

 
Me doy la vuelta, me quejo un poco aun dormido y me levanto como un zombie al tercer día, bajo las escaleras y mi padre me extiende una escoba que será mi arma de ataque contra el roedor, mientras él mueve todas las cosas arrumbadas que hay junto a la lavadora para hacer salir a la rata yo medito si es mejor idea intentar patearla, pisarla o golpearla con la escoba como lo haría cualquier golfista profesional. Cuando ya no hay nada junto a la lavadora se hace evidente que de ahí no saldrá ninguna rata pero mi madre esta segura de haberla escuchado roer o hacer algún tipo de ruido. Mi padre sale del cuarto de lavado algo molesto aunque él no fue despertado y definitivamente anoche durmió mas que yo; me quedo parado ahí entre un montón de cosas viejas observando aun medio dormido, aun no han pasado ni cinco minutos desde que me levanté.
Entre los objetos, dentro de un bote observo una figura de tonos ocre que me recuerda extrañamente a mi infancia, cuando lo que ahora es el cuarto de lavado era la cocina de la casa y tenía un fregadero de madera gastada y porosa, recuerdo esa  historia casi de miedo para un niño de tres años, el relato de mi madre del día en que mientras lavaba los trastes escucho una especie de rasguño, como si alguien rasguñara sin fuerza pero con ganas una superficie de madera y al voltear vio al horrendo animal trepando por el costado del fregadero, resbalando en ciertas partes y produciendo ese sonido raro, el mismo que escuchó mientras ponía a lavar la ropa pero con una variación, esta vez el cara-de-niño había caído en un bote de plástico y no podía salir.
Extiendo la escoba hasta el bote y ensarto el asa para atraerlo hacia mi y sacarlo al patio, en el patio volteo el bote y el animal monstruoso sale caminando rapidamente, bamboleandose , es adulto, mide unos nueve centimetros de largo, por cuatro de ancho contando las patas y casi tres de alto en el abdomen. Tomo un tabique y lo aplasto, es crujiente y cremoso, la combinacion perfecta para Timon y Pumba. Cuando el inmundo animal ha quedado vuelto una pulpa  de materia extraña  ahora color caafe con leche ,lo piso con la bota, lo miro y pienso "me despertaron por tu culpa". En otras circunstancias tal vez habria sentido algo de lastima al matarlo, pero no en esta, asi que regreso a dormir. Ahora si me desvisto y me pongo una playera de pijama, lanzo las botas al suelo y duermo hasta que a las once, despierto con hambre. Maldita sea, he soñado con el animal...


2 comentarios:

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