miércoles, 15 de marzo de 2017

pinche mártir

A las dos treinta de la madrugada a veces me siento mas vivo y tranquilo que a medio día, la obscuridad no importa demasiado, quizá sea el silencio. Cada noche llego a mi casa intentando reunir suficiente valor como para soportar la forma en que el sueño me invade mientras intento trabajar, el cansancio es un ticket de viaje a la chingada y me han deportado muchas veces para allá.
Postergo mas o menos todo lo que tengo que hacer con la promesa de que las consecuencias de mis no-actos  me harán un tipo duro si logro evadirlas, y así voy poniéndome piedras en el zapato y haciéndome el pinche mártir.

1 comentario:

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